"If Cats Disappeared From The World".
(2012), de Genki Kawamura.
Por Margo
3 de septiembre de 2024
Soy de ese tipo de personas a las que, ante crisis existenciales, agotamiento físico-mental y/o tras recibir una noticia triste, le entran unas ganas irrefrenables de hacerse piercings en las orejas o comprarse libros nuevos. Fun fact: llevo tres en mes y medio. Libros, digo.
Casualidades de la vida que me topé con esta novela el día en el que nuestro “excompi” de piso gatuno nos dejó para descansar. No había pasado ni una hora desde que me atraganté con ese trágico whatsapp ocupando toda la pantalla del móvil cuando - decidida a comprarme un thriller - me choqué de bruces con “If cats disappeared from the world” del escritor, guionista y cineasta japonés, #genkikawamura .
Soy de ese tipo de personas que se dejan llevar mucho por las señales, lo admito. Por ello, tomé el libro por el lomo y decidí llevármelo a casa conociendo ya una respuesta inequívoca a su título en condicional.
Vale, que no os engañe su bonita portada: it’s a trap! Se trata de una historia que explora, con mucho tacto y lectura simpática, la pérdida de un ser querido y lo que, de verdad, le confiere verdadero sentido a “estar vivos”: la ineludible muerte.
En apenas 200 páginas, narra en primera persona la vida de un joven cartero de 30 años al que le acaban de diagnosticar un cáncer terminal. Su esperanza de vida se reduce drásticamente cuando, de pronto, se le aparece el Diablo con outfit Hawaiano – apodado “Aloha” - y una actitud de lo más cómica y amigable.
Éste le promete un día extra de vida a cambio de erradicar algún elemento del mundo… para siempre. Así, a lo largo de toda una semana – analogía a los 7 días que necesitó Dios - desaparecen los teléfonos, las películas y el reloj.
Pero la tarea se le complica a nuestro “prota-sin-nombre” ante una última e irrevocable sugerencia: hacer desaparecer a todos los gatos del planeta. ¿Venderá el alma de “Cabagge” - su fiel compañero de piso desde el fallecimiento de su madre - a cambio de la suya?
Kawamura nos invita a realizar un ejercicio de introspección: ¿Y si fueras tú quién desapareciera mañana? ¿Cuál sería el impacto que dejarías a tu paso?